¿Un perro que ladra es una molestia pública?

El ladrido es un derecho existencial del perro: hay sentencia del Tribunal de Casación que lo estableció de modo que si el perro a veces ladra incluso en voz alta, no se puede configurar como delito de alteración del orden público. Sin embargo, puede suceder que los vecinos se quejan del ladrido del perro, Quejas amenazadoras por trastornos del sueño: ¿Es realmente posible? ¿Cuándo se trata realmente de una perturbación del orden público y cuándo, en cambio, supera el umbral de la tolerabilidad normal?

La ley de molestias públicas

La regla que regula la El delito de alteración del orden público es el art. 659 del Código Penal relativas a ocupaciones perturbadoras o al descanso de las personas. Se trata de perros que tienen pero también cualquier tipo de cacareo o ruido, y dice: «Todo aquel que al hacer ruidos o ruidos, o al provocar o no evitar los ruidos de los animales, perturbe las ocupaciones o al resto de personas, es sancionado con arresto». hasta tres meses ”o con multa de hasta 300 euros. En este caso es un delito.

Entonces puede haber normativa local específica de la Policía Urbana del municipio de residencia que regulan más esta materia, y luego está el caso en el que un ruido perturbador, incluido el ladrido de un perro, molesta a una o un número reducido de personas: en este caso no se trata del llamado silencio publica y se rige por el Código Civil.

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Cuando un perro perturba el orden público

Sin embargo, la ley no es clara sobre el nivel de ruido más allá del cual alguien realmente molesta ni fija un intervalo de tiempo dentro o más allá del cual hay una perturbación efectiva. El Código Civil habla de umbral de tolerabilidad normal, que depende del tipo de lugares y el ruido de fondo promedio que se encuentra allí. Por ejemplo: en una zona de tráfico en el centro de una ciudad, el ruido de fondo medio será mayor que en una zona aislada, por ejemplo en el campo.

El umbral de tolerancia normal se establece dentro de los 3 decibeles del ruido de fondo promedio: esto significa que el límite de aumento de ruido máximo aceptable es exactamente 3 decibelios en comparación con el promedio y que para demostrar que el ladrido de un perro representa una forma de perturbación, individual o pública, es necesario Es necesario demostrar que supera este umbral de 3 decibelios mediante una evaluación técnica con herramientas adecuadas.

¿Qué riesgos tiene el dueño de un perro que ladra perturba la paz?

Si efectivamente el perro que ha molestado es entonces de entender lo que arriesga el propietario. Las posibilidades son básicamente 2. Si el perro molesta a una sola persona, por ejemplo al vecino, se trata de un caso civil y el juez exigirá al dueño del perro que detenga los ruidos y posiblemente compense el daño moral causado por el perro animal.

Si por el contrario el perro que ladra molesta a varias personas, por ejemplo a todo el barrio o al barrio, se trata de una acción penal por el delito de perturbar las ocupaciones o resto de personas con posibilidad de encarcelamiento en prisión.

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¿Qué debe hacer el dueño de un perro para evitar ser condenado por molestias públicas?

La reforma de la ley de condominios ha excluyendo la posibilidad de que el reglamento prevea la prohibición de tener animales en casa (salvo que el reglamento sea aprobado por unanimidad). Sin embargo, esto no excluye que el dueño de un animal no tenga que minimizar las ocasiones y causas de molestias a los otros condominios. Este principio también se aplica a los propietarios que viven en viviendas individuales.

De cualquier manera esto no significa evitar que el animal ladre (por ejemplo el collar antiladridos podría considerarse lesivo para los derechos del animal) pero minimizar las ocasiones en las que el perro pueda ladrar insistentemente y, por tanto, provocar molestias.

Por ejemplo dejar a los perros solos en la casa o en el patio o jardín de la casa con la consecuencia de hacerles ladrar continuamente, aunque de forma intermitente, no es una conducta diligente y escrupulosa hasta el punto de evitar molestar a los vecinos. No solo eso: el caso, civil o penal, podría desencadenarse incluso si el perro no ladra, sino que se lo deja solo durante un número excesivo de horas durante el día.

Cómo comportarse para no arriesgarse a una denuncia por alteración del orden público

En definitiva, la ley es clara pero no impone ciertos límites y, como siempre, lo que importa es la forma en que se educa y se cuida al animal. Un perro al que se le dé la debida atención, que no se le dejen demasiadas horas solo, que haya sido debidamente adiestrado y acostumbrado a relacionarse con las personas y que ladra como es fisiológico que lo hace según su naturaleza no incurrirá en su dueño en el delito de alteración del descanso individual o colectivo y, si uno o más vecinos hacen tal acusación, podría resultar infundado.

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