Spray antimordeduras: qué es, cómo funciona y por qué aún no es legal
Averigüemos juntos qué es el spray antimordeduras, cómo funciona y por qué es útil en caso de encuentros cercanos con osos. Y por qué aún no se ha legalizado.
¿Cómo reaccionarías si, durante un paseo por el bosque, te enfrentaras a un oso? Probablemente a muchos les parecerá una pregunta ociosa, pero es la realidad (a menudo cotidiana) de cientos de miles de personas en todo el mundo. Pruebe a hacer esta pregunta a un finlandés, a un siberiano o a un trentino: todos responderán más o menos de la misma manera, enumerando una serie de normas de comportamiento que conocen desde la infancia. Más o menos, de hecho: hay al menos un detalle en el que el hipotético trentino daría una respuesta diferente a la de sus colegas internacionales. Hablamos del spray antiosos, o spray para osos si se prefiere, una variante del clásico «spray de pimienta» diseñado y calibrado específicamente para detener no a un atacante, sino a un animal de unos cuantos kilos.
Legal en Estados Unidos y Canadá desde los años 80, varios países europeos (Finlandia, Suecia, Rumanía, Polonia…) lo han adoptado en los últimos años. Sin embargo, su venta sigue estando prohibida y sólo puede ser utilizada (a partir de 2023) por el Cuerpo Forestal de la Provincia Autónoma de Trento. Sin embargo, la Provincia lleva tiempo trabajando para apoyar su completa legalización, convencida de que «no sólo es una herramienta útil: es la más eficaz de que se puede disponer en caso de encuentro cercano con un oso que muestre una actitud agresiva», como explica Claudio Groff, coordinador del Sector de Grandes Carnívoros de la Provincia Autónoma de Trento y miembro del Equipo de Expertos en Conflictos entre Humanos y Osos de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza).
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¿Qué es el espray para osos?
Se trata de un spray urticante, similar por así decirlo al que utilizamos los humanos para defendernos, pero con unas características diferentes que lo hacen apto para su uso contra osos (y otros grandes animales salvajes, en teoría). Al igual que el famoso/famoso spray de pimienta, se trata de un bote de gas licuado que se emite en forma de aerosol y cuyos principios activos son unos compuestos químicos denominados capsaicinoides, el más presente de los cuales es la capsaicina o capsicina, más conocida por ser la sustancia que da picor a los pimientos picantes (es decir, a las plantas del género Capsicum). Los capsaicinoides son irritantes y actúan principalmente sobre las mucosas de la nariz y la boca, los ojos y la piel.
En comparación con un bote normal de spray de pimienta», explica Groff, «los sprays para osos tienen el tamaño de una botella de agua y un alcance de hasta 7-8 metros.
Estos dos elementos se combinan para formar una nube irritante muy grande, por lo que es fácil ‘pillar’ al oso’. Más fácil que con un rifle: Groff nos dice que «los datos de Escandinavia nos dicen que intentar detener a un oso disparándole es mucho más difícil que con un spray para osos: la mayoría de los incidentes con osos en esos países implican a personas armadas. En cambio, la eficacia disuasoria del espray para osos «alcanza el 97%, según los estudios norteamericanos; aún no estamos en el 100%, pero es una cifra muy buena».
Este es el aspecto de una lata de spray para osos.
© T. Schneider / Shutterstock
¿Cómo se utiliza el spray para osos?
Aquí la cuestión se complica, y esta pregunta está también en la raíz de los posibles problemas con la legalización del espray para osos -que, como nos recuerda Groff, «no es una panacea (¡quizá!), sino una herramienta muy útil pero que no debe tomarse a la ligera. Sigue siendo fundamental y prioritario saber cómo prevenir un encuentro cercano, por ejemplo haciendo ruido al caminar por el bosque». «Nadie duda de la eficacia del espray para osos», coincide Filippo Zibordi, zoólogo con una larga experiencia en el Parque Adamello-Brenta y que ahora se ocupa de la protección y conservación de la fauna alpina (además de autor de este libro titulado ¿Pueden coexistir el hombre y el oso?). Sin embargo, hay que tener en cuenta que no es la única solución y que no es fácil utilizarla eficazmente».
Como ya se ha dicho, el alcance del spray es de hasta 7-8 metros, una distancia que un oso a la carga cubre en un abrir y cerrar de ojos. «Hace falta entrenamiento y preparación para usar el espray contra osos», dice Zibordi. «Si lo guardas en la mochila, es como no tenerlo». Groff confirma: «Usar el spray requiere unos segundos de preparación: tienes que ver al oso, darte cuenta de que te está cargando, sacar, rociar durante unos segundos… Normalmente los botes se venden con una funda especial, para tenerlos siempre a mano, en el cinturón o en el pecho».
No es una operación inmediata, y requiere formación e información. Groff explica que, en ésta como en muchas otras cuestiones relativas a la coexistencia de humanos y osos, es esencial fijarse en la experiencia de quienes llevan más tiempo que nosotros conviviendo con los osos: «En Norteamérica, por ejemplo, al menos en las zonas donde los osos están muy presentes, el adiestramiento en el uso del espray para osos empieza ya en la escuela: aquí puede ver un curso en línea para aprender a utilizar el aerosol, elaborado por el Departamento de Medio Ambiente del Territorio canadiense del Yukón).
No sólo hay aerosoles
Llegados a este punto, es natural preguntarse: si el spray antimordeduras es tan eficaz, ¿por qué no lo hemos legalizado todavía? Según Groff, «mi hipótesis es que puede haber una preocupación, por ejemplo por parte de la policía, sobre el posible mal uso de lo que, sin embargo, se considera un arma». Zibordi cree que también existe un posible problema «psicológico»: «No estoy seguro de que tenerla sea realmente tranquilizador, al contrario: ¡podría exacerbar la creencia generalizada de que los osos del Trentino están deseando atacarnos y matarnos, cuando en realidad su instinto es evitar en lo posible encontrarse con nosotros! Recordemos que la agresión suele producirse cuando el oso es cogido por sorpresa, por lo que en general basta con hacerse oír cuando nos movemos en la naturaleza para minimizar el riesgo de un encuentro cercano. Es correcto que los Cuerpos Forestales puedan utilizarlo, y también permitir su uso a quienes se mueven profesionalmente por los bosques de noche, por ejemplo los rescatadores de montaña. Legalizarlo para todo el mundo podría, sin embargo, crear el riesgo de que la gente sienta la necesidad de tenerlo cada vez que sale de casa, y esto va en contra del paradigma con el que se hizo la reintroducción».
En resumen, como suele ocurrir, el problema no está tanto en el instrumento como en quién lo utiliza. Por eso Zibordi y Groff coinciden en que lo que hace falta en primer lugar es una amplia labor de comunicación e información no sólo sobre el espray para osos (si es que se legaliza y cuándo), sino sobre los osos en general y nuestra convivencia con ellos. «Si el espray para osos puede salvar una vida, perfecto. Pero si podemos enseñar a la gente cómo comportarse y minimizar cualquier riesgo a lo largo de su vida, mejor», concluye Zibordi.
PERO EL OSO… ¿QUÉ PIENSA? Otra razón por la que el spray para osos se considera la mejor herramienta para detener un ataque de oso, según Groff, es que «garantiza la seguridad no sólo de las personas, sino también del oso, y su seguridad: el spray para osos tiene efectos molestos, pero no causan daños permanentes al animal. Además, aunque todavía no hay datos que respalden esta hipótesis, es probable que una experiencia tan negativa para el oso actúe como elemento disuasorio en el futuro y le disuada de volver a acercarse a los humanos.