No sólo los humanos: los primates con discapacidad cambian de comportamiento para adaptarse
Los primates tienen una notable capacidad para adaptarse a impedimentos físicos modificando su comportamiento u obteniendo ayuda de otros miembros de la manada.
Los chimpancés se cuentan entre los primates que consiguen sortear sus discapacidades.
Cuando un ser humano desarrolla una discapacidad, ya sea por razones genéticas o como consecuencia de un accidente, es capaz de modificar su comportamiento para adaptarse a esta nueva situación y encontrar soluciones creativas para sortearla y vivir como antes.
Sin embargo, esta capacidad de adaptación a las discapacidades no es exclusiva de nuestra especie: como explica un nuevo estudio publicado en la revista Revista Americana de Primatología otros primates también son capaces de superar su discapacidad modificando su comportamiento u obteniendo ayuda de otros miembros de la manada.
Correr sin una pata. El estudio es una revisión de casi 3.000 artículos publicados sobre el tema, de los que el equipo de la Universidad Concordia de Montreal seleccionó 114 que se ajustaban a sus necesidades de investigación. Los estudios abarcan un periodo comprendido entre 1931 y 2023, y se refieren a un total de 125 especies diferentes de primates: la más representada es el chimpancé (que «cubre» el 25% del total de estudios), seguido de macacos y babuinos.
Todos mostraron cierta capacidad de reacción ante una discapacidad: por ejemplo, los animales con una pata dañada (o que la han perdido) aprenden a correr y trepar utilizando sólo tres extremidades. El apoyo social también cuenta: las madres con hijos discapacitados tienden a apoyarlos y ayudarlos durante más tiempo que las madres con hijos «sanos».
Es (también) culpa nuestra. En cuanto a las causas de estas discapacidades, el estudio revela que en la mayoría de los casos la culpa es nuestra: hay, por ejemplo, primates que se autolesionan poniendo trampas destinadas a otros animales, otros que son atropellados por coches o tractores, y también hay casos de monos que enferman como consecuencia de estar cerca de nosotros, los humanos.
El estudio también afirma que estos resultados son sólo un punto de partida: sabemos que los primates pueden eludir las discapacidades, pero aún no sabemos cuánto les cuesta en términos de energía, ni qué consecuencias tiene la modificación forzada de su comportamiento. Brogan Stewart, primer autor del estudio, continuará este trabajo con su investigación sobre macacos japoneses discapacitados.