En pleno corazón salvaje del sureste de Alaska, la naturaleza nos sorprende con un espectáculo insólito: de las aguas frías que recogen el deshielo del imponente glaciar Alsek, ha emergido una isla completamente nueva. ¿Cómo y por qué sucede esto? La respuesta, fascinante y preocupante a partes iguales, pone de manifiesto el pulso acelerado del cambio climático en los últimos confines del planeta.
Un paisaje que cambia: la nueva isla del lago Alsek
Hasta hace muy poco, si te hubieran llevado en avioneta sobre la llanura glaciar, verías al Alsek arrastrando su manto blanco hasta rodear una pequeña montaña —Prow Knob—, como si tratara de abrazarla para siempre. Esa imagen, icónica para glaciólogos y amantes de lo salvaje, ya es parte del pasado: el acelerado retroceso del glaciar ha terminado por aislar a Prow Knob, convirtiéndola en una verdadera isla en mitad del creciente lago Alsek.
40 años de retroceso acelerado
No es una transformación repentina, sino el resultado de décadas de cambio. Imágenes de la NASA capturadas entre 1984 y 2025 revelan una historia de deshielo persistente y nuevos horizontes acuáticos. Hace apenas medio siglo, el Alsek desembocaba en Gateway Knob. Años después, el hielo ya se replegaba y abrazaba a Prow Knob, como si se resistiera a dejarle ir. Pero el tiempo y el calor terminan ganando siempre.
Entre 1984 y la actualidad, el brazo norte del glaciar Grand Plateau también comenzó a retroceder, separándose de lo que entonces eran apenas promontorios de tierra que, poco a poco, emergieron como islas. Según el glaciólogo Mauri Pelto —quien lleva observando el glaciar desde hace cuarenta años— la lengua de hielo perdió su unión con una pequeña isla cercana allá por 1999, y el retroceso se aceleró imparablemente.
El lago que no deja de crecer
El resultado más visible de toda esa épica de hielo vencido es el nuevo lago Alsek. Desde el año 1984, ha pasado de tener una superficie de 45 kilómetros cuadrados a nada menos que 75 —un incremento abrumador que va de la mano con el retroceso de los frentes glaciares. Los lagos proglaciares Harlequin y Grand Plateau también han duplicado su tamaño en este periodo, componiendo un tapiz acuático que jamás existió en esta forma durante la historia reciente.
Todo ese proceso, si lo aceleráramos en una secuencia cinematográfica, mostraría al glaciar cortando su contacto con Prow Knob entre mediados de julio y principios de agosto de 2025. Tuvieron que pasar más de dos décadas desde que los brazos norte y sur dejaron de alimentar hielo adicional al Alsek para que la vieja montaña, testigo de glaciares y generaciones, se transformara en isla. Un espectáculo digno de un libro de aventuras, solo que real y documentado, casi día a día, gracias a la vigilancia científica y satelital.
Del deshielo al riesgo: ¿qué futuro le espera a Alsek?
La pérdida de hielo junto a Prow Knob implica que el borde glaciar ahora es más inestable, más sensible a los desprendimientos y, probablemente, a nuevas retiradas aceleradas. Los especialistas, como Pelto y el fallecido glaciólogo Austin Post (autor del nombre Prow Knob por su parecido a la proa de una nave), calculaban que la separación completa ocurriría hacia 2020, pero el hielo se aferró cinco años más. Ahora, sin embargo, toda resistencia parece inútil.
El futuro inmediato apunta a que el retroceso no solo va a continuar, sino que podría acelerarse aún más. Menos hielo, más agua. Más proyectos científicos, tal vez; pero también, más incertidumbre climática y desafíos para las comunidades y especies que dependen de estos paisajes extremos.
Un fenómeno global, una historia local
Lo que ocurre en el glaciar Alsek no es un episodio aislado. Formaciones similares se están produciendo a lo largo de múltiples frentes glaciares en Alaska y otras regiones polares. Son las señales visibles de una tierra en transición, que deja atrás el hielo mientras gana nuevas masas de agua —y nuevas islas—. Imágenes satelitales, relatos de campo y datos científicos se conjugan para ofrecernos un relato cautivador, inquietante y profundamente instructivo.
Si quieres ver esta transformación con tus propios ojos, echa un vistazo a estas imágenes y vídeos (NASA Earth Observatory):
Cuando nos preguntamos cómo está cambiando el planeta, la nueva isla del lago Alsek es una de esas respuestas tan claras como frágiles. El hielo se repliega, el agua avanza… y nosotros, desde lejos, apenas alcanzamos a imaginar la magnitud de lo que está ocurriendo.