La pitón birmana puede comerse un ciervo
La apertura de las mandíbulas de la pitón birmana le permite tragar presas más grandes de lo que pensábamos: un ejemplar fue capturado mientras se tragaba un ciervo de 35 kg.

La pitón birmana es una especie invasora en Florida. Agus_Gatam / Shutterstock
Originaria del sudeste asiático, la pitón birmana se ha convertido en los últimos años en un problema al otro lado del mundo: muy buscada como mascota exótica, escapó de los hogares y granjas de Florida y se ha extendido hasta convertirse, a partir de 1992, en una especie invasora, que causa grandes daños a la fauna local pero también a la economía del Estado americano.
Ahora un nuevo estudio publicado en Reptiles y anfibios da una mala noticia a quienes intentan (intentar) mantener a raya a la población de esta serpiente en Florida: sus mandíbulas son más grandes y elásticas de lo que pensábamos, y le permiten tragar presas de dimensiones impresionantes.
«Abre bien la boca…». La pitón birmana no es un depredador particularmente refinado: cuando captura su comida, primero la asfixia con sus espirales, luego la traga entera y tarda días, si no semanas, en digerirla. Sus presas favoritas son las aves y los pequeños mamíferos, pero ocasionalmente esta serpiente también puede comer anfibios y reptiles… y sobre todo, presas de gran tamaño.
El único límite es el tamaño de su boca: su mandíbula está separada del resto del cráneo y su piel es especialmente elástica, por lo que puede tragar cualquier cosa, siempre y cuando se mantenga dentro de los límites de la apertura de su boca. El problema (para otras especies, no para él) es que el nuevo estudio sugiere que estos límites son más amplios de lo que pensábamos.
Grabar presa. Hasta ahora, la longitud de boca más grande registrada en una pitón birmana en Florida fue de 22 cm. Todos los ejemplares capturados y analizados para el nuevo estudio superaron los 25, con un máximo de 26 cm: un aumento lineal del 18%, lo que sin embargo significa un 40% más de superficie de la boca abierta.
Y de hecho uno de los ejemplares (¡el más pequeño, por cierto!) fue capturado mientras devoraba, entero, un ciervo de 35 kg. Según los autores del estudio, es un récord, sí, pero aún superable: predicen que en Florida hay pitones birmanas incluso más grandes que las que lograron capturar, y que podrían devorar animales de hasta 50 kg. Un gran problema para la fauna local, que corre aún más riesgo de lo que se pensaba.





