Está demostrado: los dinosaurios se extinguieron debido a las partículas
Un análisis geológico revela que el polvo fino desempeñó un papel decisivo en la extinción de los dinosaurios tras el impacto del asteroide Chicxulub.

Una (dramática) reconstrucción en 3D del impacto del asteroide Chicxulub.
En la actualidad hay pocas dudas de que la extinción K-T, la que tuvo lugar hace 65 millones de años y acabó con casi todos los dinosaurios del planeta (aves excluidas), fue causada por el impacto del asteroide Chicxulub, que a su vez generó una serie de desastres climáticos que se combinaron para provocar una de las mayores extinciones masivas de la historia de la Tierra.
Lo que aún nos falta es certeza sobre ciertos detalles, y el papel desempeñado por los distintos componentes implicados en la catástrofe. Un nuevo estudio publicado en Nature Geoscience señala por primera vez el impacto de algo que aún hoy atormenta nuestras pesadillas medioambientales: el polvo fino.
Profundizando. La hipótesis de que las partículas finas levantadas por el impacto del asteroide pudieron influir decisivamente en el clima de años posteriores circula desde la década de 1980, pero los primeros estudios estratigráficos de rocas de ese periodo habían concluido que la cantidad de partículas finas era demasiado baja para tener un efecto significativo.
Aquellos estudios, sin embargo, se habían realizado sobre capas de rocas de sólo 1 cm de espesor; el nuevo estudio tenía en cuenta una capa coetánea pero de más de 1 metro de profundidad, en la que los restos de polvo fino eran mucho más abundantes, lo suficiente, según el estudio, para oscurecer el sol durante al menos un par de años, sumiendo al planeta en una noche eterna (o al menos muy larga). Estas partículas fueron levantadas por el impacto del asteroide, que literalmente pulverizó el terreno circundante a lo largo de varios kilómetros.
Sin plantas, no hay comida. Sin luz solar directa, las plantas dejaron de hacer la fotosíntesis, lo que a su vez privó a los herbívoros (grandes y pequeños) de su principal fuente de sustento. Los carnívoros también sufrieron las consecuencias, encontrándose de repente con presas más delgadas y demacradas, o sin presa alguna.
No sólo eso: mientras que los dos primeros años tras el impacto fueron una noche perenne, las partículas permanecieron en la atmósfera durante los 15 años siguientes, lo que provocó un descenso de la temperatura global de unos 15 °C. Por último, otro efecto secundario del impacto fue el estallido de enormes incendios en un diámetro de cientos de kilómetros, que también contribuyeron a obstruir la atmósfera con polvo. Este invierno plurianual provocó la extinción del 75% de todas las especies del planeta, incluidos los arcaicos dinosaurios, y allanó el camino para la era de los mamíferos.