Ciencia ciudadana: los australianos informan de que cada vez hay menos aves (y más urracas y loros)
En Australia, la gente participa en el censo de aves con el Aussie Bird Count. Entre las especies amenazadas está la cucaburra, que solía estar muy extendida.
La cucaburra es cada vez más rara en las ciudades australianas.
Se denomina Aussie Bird Count y es el mayor proyecto de ciencia ciudadana de Australia. Este año cumple diez años y sus resultados servirán a los principales centros de investigación del continente para hacerse una idea más clara de la situación de las aves. ¿En qué consiste? En teoría es muy sencillo y tú también podrías participar, si vivieras en Australia. Consiste simplemente en coger papel y bolígrafo (o tableta y bolígrafo digital), colocarse junto a la ventana o en el jardín y tomar nota de todo lo que se ve.
20 minutos en el parque. Creado en 2014, en aquel momento el Aussie Bird Count solo contaba con la participación de 9.000 ciudadanos, una cifra que ha ido creciendo con los años hasta alcanzar los 77.000 en 2022. Como se ha dicho, se trata de un censo hecho «a ojo»: se pide a los ciudadanos que tomen nota, durante 20 minutos, de todas las aves que vean posadas en su jardín, o en el parque público más cercano.
Los datos agregados se introducen en bases de datos más amplias vinculadas a otros proyectos australianos sobre la naturaleza, como el Atlas de la Australia viva. El hecho de que el proyecto lleve 10 años consecutivos en marcha es crucial: cuanto más amplia sea la ventana temporal en la que se recojan los datos, más fácil será detectar tendencias a largo plazo y, tal vez, identificar los efectos del cambio climático en las aves del continente.
Cada vez menos aves. Diez años es todavía poco tiempo, pero ya se adivina algo: por ejemplo, el hecho de que muchos jardines australianos y urbanos estén cambiando su composición vegetal también está teniendo efectos sobre la presencia o ausencia de ciertas aves. Un ejemplo son las plantas del género Grevillea, que han sido seleccionadas para tener flores cada vez más grandes que luego atraen a todos esos pájaros que se alimentan de néctar.
Estos, a su vez, suelen ser grandes y con su presencia ahuyentan a las especies más pequeñas: en las ciudades australianas cada vez hay menos pájaros y más urracas y loros. Entre las especies más representativas que más están sufriendo está la cucaburra, que antes estaba muy extendida y ahora sufre más que otras los efectos del cambio climático.