¿Qué nos dicen unas figuras grabadas en la roca sobre la tenacidad y la creatividad de los primeros habitantes de Arabia? A veces, solo se necesita una imagen cincelada hace milenios para sentir la fuerza de toda una civilización que desafió al desierto con arte, ingenio y esperanza. Hoy, la ciencia nos permite asomarnos, con respeto y asombro, a sus secretos.
Descubriendo los gigantes del arte rupestre en Arabia noroccidental
Imagine más de sesenta paneles de piedra cubiertos de grabados colosales, en mitad del inhóspito Nefud saudí. Allí, justo después del Último Máximo Glacial –una de las épocas más secas que ha soportado este planeta–, hombres y mujeres dejaron impresas sus huellas en el paisaje. Un equipo internacional, bajo el paraguas de la Comisión de Patrimonio de Arabia Saudita, ha traído a la luz estos asombrosos vestigios como parte del llamado “Proyecto Arabia Verde”.
Publicada en la prestigiosa Nature Communications, la investigación nos lleva a tres enclaves nunca antes explorados: Jebel Arnaan, Jebel Mleiha y Jebel Misma. ¿El hallazgo? Más de 170 grabados, muchos de ellos de animales: camellos, équidos, cabras, uros y ágiles gacelas, todos representados con un naturalismo y una escala asombrosos.
Arte monumental, historias de supervivencia
Algunos de esos grabados alcanzan los 3 metros de largo y los 2 de alto. No eran simples dibujos. Eran declaraciones, grandes como la necesidad humana de dejar marca. Los científicos han datado esta insólita colección entre los 12.800 y los 11.400 años atrás, justo cuando el desierto cedía su reinado a charcas estacionales y flujos de agua que permitieron a los grupos humanos adentrarse de nuevo en el corazón de lo árido.
Mediante el análisis de sedimentos, las fuentes de agua recuperadas de la sequía permitieron esas incursiones históricas en el interior saudí, abriendo un mundo nuevo de posibilidades y retos a quienes se atrevieron a habitarlo.
Testigos de identidad, territorio y memoria
La Dra. Maria Guagnin, que lidera el estudio desde el Instituto Max Planck, explica: “Estos paneles son mucho más que arte. Hablan de pertenencia, acceso y memoria”. Según la Dra. Ceri Shipton (UCL), es probable que estos colosales petroglifos señalaran rutas, fuentes vitales de agua y derechos colectivos: mapas simbólicos escritos en piedra para futuras generaciones.
La espectacularidad y el riesgo de crear
Hasta ahora, el arte rupestre de Arabia solía esconderse en recovecos y cuevas. Sin embargo, los descubrimientos en Jebel Mleiha y Jebel Arnaan desafían esta pauta: fueron tallados en acantilados casi verticales, auténticos escenarios naturales de hasta 39 metros de altura. Algunos paneles exigieron que los antiguos artistas se jugaran la vida, colgando en estrechas cornisas para dar forma a sus visiones. El reto, el tesón, la importancia social de esas imágenes queda fuera de toda duda.
Conexiones y diferencias: un cruce de culturas
Entre los hallazgos aparecen puntas de flecha elaboradas, pigmentos color esmeralda y cuentas de dentalium (caracoles perforados como collares), objetos con inconfundible sabor neolítico que sugieren lazos con culturas del Levante. Aun así, la escala y la ubicación de los grabados distinguen a estos sitios árabes: aquí el tamaño sí importa y las obras se elevan ante quien quiera contemplarlas.
“Estamos ante una expresión simbólica única, resultado de una cultura que aprendió a sobrevivir en condiciones extremas”, afirma el Dr. Faisal Al-Jibreen, convencido del valor excepcional de estos testimonios.
Un puente entre la ciencia y la emoción: resiliencia en el desierto
El enfoque multidisciplinar adoptado por el “Proyecto Arabia Verde” ha abierto una ventana a la resiliencia y la creatividad de las primeras comunidades del norte árabe, justo en la transición entre el mundo glacial y el Holoceno. Como resume Michael Petraglia, líder del proyecto, estamos rellenando vacíos críticos en la historia de la humanidad. Una historia escrita no con palabras, sino con surcos, rocas y símbolos gigantescos que hablan —todavía hoy— de la lucha por la vida, la memoria y el sentido de pertenencia.





