Así están respondiendo los corales al reto del cambio climático

¿Qué pasaría si los corales, aquellos silenciosos arquitectos del océano, estuvieran mejor preparados de lo que pensamos para vencer al cambio climático? Una nueva investigación abre una puerta a la esperanza: en medio de la acidez creciente de los mares, estos organismos parecen poseer habilidades de supervivencia sorprendentes. Pero, ¿será suficiente para salvar a la Gran Barrera de Coral —el mayor arrecife del planeta— de la extinción?

La asombrosa resiliencia de los corales ante un océano cambiante

Imagina un bosque submarino tan vasto y complejo que puede verse desde el espacio. Ese es la Gran Barrera de Coral. Durante décadas, las noticias han sido sombrías: corales muriendo, ecosistemas colapsando, coloridas ciudades marinas convirtiéndose en desiertos. Sin embargo, recientes hallazgos científicos traen un matiz diferente: algunas especies de coral, pese a la presión de un entorno más ácido, estarían encontrando la forma de adaptarse y sobrevivir. ¿De qué se trata este milagro biológico?

Misterios en la estructura esquelética coralina

Para comprender lo que ocurre, hay que recordar cómo los corales construyen sus resistentes esqueletos. Estos diminutos animales absorben iones del mar para crear carbonato de calcio, conformando estructuras que son base y refugio para miles de especies marinas. El reto llegó con la industrialización: el aumento de dióxido de carbono en la atmósfera —y, por tanto, en el océano— ha incrementado la acidez del agua, reduciendo la cantidad de carbonato disponible. Un cóctel peligroso.

El consenso científico auguraba dificultades insalvables: esqueletos cada vez más frágiles, arrecifes erosionados, y menos espacio para la vida marina. Aun así, un equipo de investigadores de la Universidad de Colorado, liderado por Jessica Hankins, ha analizado corales longevos con tecnología láser —la espectroscopia Raman— arrojando resultados inesperados.

Recomendado:  ¿Qué comía el tiranosaurio? Cambiaba su dieta según la edad

Descubriendo el secreto: adaptación a 200 años de cambios

Utilizando esta avanzada técnica de imagen, Hankins y su equipo estudiaron fragmentos coralinos de hasta dos siglos de antigüedad, extraídos tanto de la Gran Barrera como del Mar del Coral, frente a Australia. La clave está en un fluido interno —el fluido calcificante coralino— que los corales pueden manipular para regular la química de su entorno, desafiando así a la acidez creciente del mar exterior.

¿Qué encontraron los expertos? Que, pese a las condiciones adversas, estos corales mantenían la capacidad de fabricar esqueletos sólidos. A veces, con estructuras algo más “desordenadas” en su composición, pero funcionales. Es como si, ante la adversidad, los corales eligieran crecer rápido aunque el resultado sea, molecularmente, menos perfecto. Adaptación pura y dura.

Un océano 40% más ácido y la esperanza coralina

Desde la Revolución Industrial, la acidez de los mares ha aumentado cerca de un 40%. El CO₂ disuelto no sólo cambia la vida invisible del océano, sino que pone en jaque a toda la cadena trófica. Por eso es tan extraordinario que el coral, considerado vulnerable por excelencia, logre modificar internamente ese microcosmos químico del que depende su existencia.

No obstante, Hankins lanza una advertencia: es una señal de resiliencia, sí, pero no de inmunidad. Aún se desconoce si todas las especies de coral, o todos los arrecifes bajo condiciones diferentes, podrán adaptarse igual.

La amenaza global persiste: calor, contaminación y el temido blanqueamiento

El desafío del cambio climático va mucho más allá de la acidez. En los últimos años, los científicos han reportado episodios masivos de blanqueamiento de corales —más de sesenta países afectados entre 2023 y 2024—, consecuencia directa del aumento de la temperatura marina y otros factores de estrés. Cuando sucede, los corales pierden las algas que los alimentan y colorean, quedando exhaustos y blancos como esqueletos sumergidos.

Recomendado:  Etanol, qué pasión, porque el consumo de alcohol entre animales está más extendido de lo que pensamos

Sin embargo, el papel de estos arrecifes es crucial, no solo por belleza o biodiversidad. Protegen las costas frente a tormentas, sostienen complejas redes de vida y, en definitiva, apuntalan la salud de todo el océano.

El futuro: incertidumbre y la urgente llamada a la acción

Todavía quedan muchas preguntas por resolver. ¿Se adaptarán otros corales igual de bien? ¿Hasta qué punto pueden resistir antes de sucumbir a un océano cada día más cálido y ácido? Por ahora, la ciencia nos invita a mirar estos pequeños supervivientes con humildad… y con urgencia por reducir nuestro impacto ambiental.

La Gran Barrera de Coral nos recuerda que la naturaleza, pese a todo, no deja de sorprendernos con su tenacidad. Pero no deberíamos tentar a la suerte: el futuro de nuestros océanos está, en gran parte, en nuestras manos.

  • Biodiversidad en juego: Los arrecifes sostienen un tercio de la vida marina conocida.
  • Protección costera: Sin corales, muchas costas quedarían expuestas a la erosión y las tormentas.
  • Acción climática urgente: Cada esfuerzo cuenta en la lucha por la salud de los océanos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio