¿Otra (mala) consecuencia del calentamiento global? Los vampiros invadirán Estados Unidos
Los vampiros, murciélagos chupadores de sangre originarios de América Central y del Sur, se están extendiendo hacia el norte. Y traerán enfermedades que pondrán en peligro al ganado e incluso a los humanos.
El sur de Estados Unidos, y en el futuro también los estados del norte, están a punto de enfrentarse a un problema que parece sacado de una película de terror, pero que no es más que una de las innumerables consecuencias del cambio climático: hablamos de la invasión de vampiros, que traerán consigo enfermedades como la rabia, poniendo en peligro las explotaciones ganaderas e incluso la salud de los humanos.
Así lo afirma un estudio del Instituto Politécnico y Universidad Estatal de Virginia publicado en Ecografía que obviamente no se centra en el Conde Drácula y sus parientes, sino en los murciélagos conocidos como vampiros, y en particular en la especie Desmodus rotundus, la más extendida de las tres existentes en el mundo.
En busca de un clima mejor
Originarios de América Central y del Sur, los vampiros estuvieron antaño mucho más extendidos por el continente americano (el vampiro de Stock, por ejemplo, llegaba hasta Arizona), pero su área de distribución se ha reducido con el tiempo, junto con su diversidad: hoy sólo existen, como se ha dicho, tres especies, distribuidas entre América Central y del Sur y algunas remotas islas del Caribe.
Sin embargo, estos animales son capaces de prosperar en condiciones muy diversas: pueden encontrarse a nivel del mar, pero también en las cumbres de las montañas, y el estudio de la Universidad de Virginia nació del deseo de descubrir qué factores climáticos y geográficos influyen en ellos. Lo que el equipo descubrió es que los vampiros prefieren las zonas con un clima más estable y, por el contrario, tienden a marcharse allí donde las diferencias de temperatura entre verano e invierno son extremas.
Por tanto, están acostumbrados a «cambiar de hogar» y buscar nuevas zonas más adecuadas para su supervivencia, y esto es exactamente en lo que se convertirá el sur de Estados Unidos en los próximos años.
La invasión de los vampiros
Así pues, los vampiros llegarán también a estados como Luisiana y Florida, donde encontrarán, en las próximas décadas, condiciones más favorables que en Centroamérica (y no se puede descartar que, si las temperaturas siguen subiendo, acaben desplazándose aún más al norte).
Pero, ¿por qué es esto un problema? Por razones sanitarias: los vampiros podrían traer consigo enfermedades como la rabia, y contribuir a propagarlas rápidamente entre el ganado (ya que chupan la sangre de grandes mamíferos para alimentarse) y quizás, en casos raros, incluso a los humanos. Ya hoy, las víctimas de los vampiros se cuentan por centenares en Sudamérica (una estudio de 2017 afirma que en Perú estos murciélagos provocaron la muerte de 500 animales solo en 2014), y en un futuro no muy lejano el problema podría extenderse al resto del continente.