Los meros liberados «por compasión» están devastando el ecosistema acuático de Hong Kong

Los meros liberados «por compasión» están devastando el ecosistema acuático de Hong Kong

La práctica budista de liberar meros, destinados al matadero, en aguas de Hong Kong está creando graves problemas al ecosistema.

Mero

Un mero gigante: una especie híbrida creada artificialmente que está devastando el hábitat natural de las aguas de Hong Kong.
NPDstock / Shutterstock

Se llama «liberación de la vida», o «liberación por piedad», o «fangsheng» si se quiere el original chino: es la liberación, hecha «por piedad», de animales destinados al matadero, y es un ritual budista que existe desde hace casi 2.000 años. Y aunque la idea de dar vida a criaturas condenadas a muerte es ciertamente loable, estas «liberaciones» pueden crear problemas inesperados para la flora y la fauna locales.

Es lo que está ocurriendo en Hong Kong, donde los meros, a menudo protagonistas de estas ceremonias, están devastando el ecosistema costero de la isla. Un estudio de la Universidad de Hong Kong publicado en Reviews in Fish Biology and Fisheries.

Los animales también se mencionan en el número 388 de Focus, actualmente en los quioscos, en un artículo sobre su curiosa relación con… el alcohol. Consulta el avance aquí y disfruta gratis de dos artículos.

Las aletas de la libertad. Los meros de esta historia no pertenecen a una especie concreta, sino a un híbrido entre el mero gigante (Epinephelus lanceolatus) y el mero tigre (Epinephelus fuscoguttatus), creado artificialmente por acuicultura y muy popular en la lonja de Hong Kong por sus características: es grande, crece rápido y, sobre todo, es barato.

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Muchos de estos ejemplares acaban directamente en los platos de los habitantes de la isla, pero su tamaño también los hace «atractivos» para los monjes locales, que a menudo los compran en el mercado (donde se mantienen vivos hasta su venta) para liberarlos en las aguas costeras de Hong Kong.

Meros voraces. El problema, dice el estudio, que se realizó analizando el ADN de los restos de comida encontrados en los estómagos de estos meros, es que estamos hablando de peces voraces, que se alimentan de animales que no forman parte de la dieta de otros depredadores locales: peces pequeños, crustáceos, cefalópodos… En otras palabras, cuando los meros son liberados, se encuentran con una enorme cantidad de nichos ecológicos vacíos, que llenan con avidez, amenazando con dañar el equilibrio del ecosistema.

Por tanto, el estudio insta a pensárselo dos veces antes de liberar meros en el mar, entre otras cosas porque la práctica de la liberación piadosa tiene sus lados oscuros, y si quiere saber más sobre ella aquí está un breve documento (en inglés) de la Humane Society sobre el tema.

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