Buenas noticias: los corales «replantados» crecen rápidamente
Más del 70% de los arrecifes de coral están en peligro, lo que crea problemas al ecosistema. Pero la restauración de arrecifes mediante la plantación de nuevos corales da resultados extraordinarios.

Arrecifes de coral en Indonesia, dos años después del inicio del proyecto de recuperación
Más del 70% de los arrecifes de coral del planeta están en peligro debido al cambio climático, el aumento de las temperaturas, la acidificación de los océanos e incluso ciertas técnicas de pesca destructivas para estas estructuras.
Y esto a su vez crea enormes problemas para todo el ecosistema, con una enorme variedad de especies que pierden su hábitat natural y un aumento de los fenómenos meteorológicos extremos provocados por la ausencia de lo que son verdaderas barreras contra la fuerza de las olas.
Afortunadamente, de vez en cuando llegan buenas noticias sobre nuestros intentos de salvar los corales: un nuevo estudio publicado en Current Biology afirma que los arrecifes de coral restaurados artificialmente «atacan» muy rápidamente y crecen con la misma rapidez. Por tanto, hay nuevas esperanzas de salvarlos, y además rápidamente.
Asegurar. El estudio se realizó en un arrecife de coral de Indonesia, destruido en gran parte hace unos 30 años debido a técnicas de pesca que implicaban el uso de explosivos. El arrecife nunca ha podido recuperarse de los daños: los innumerables fragmentos de arena y corales muertos son inestables y generan pequeñas avalanchas y otros «desprendimientos» que matan a las larvas de coral e impiden su crecimiento y regeneración en el entorno.
Por ello, la técnica consistió en asegurar estos campos de escombros, utilizando redes de hierro para bloquear el sustrato; a continuación, se injertaron nuevos corales en estas redes, y se dejaron libres para que arraigaran y crecieran.
El crecimiento se triplicó. El resultado de este experimento superó las previsiones más descabelladas de los autores: en sólo cuatro años, el balance de carbono del arrecife (la diferencia entre los nuevos corales producidos y los consumidos por peces, erizos de mar y otras criaturas) se triplicó y alcanzó los niveles de los arrecifes sanos.
Hay una salvedad: los corales utilizados para la regeneración del arrecife tienen todos la clásica forma ramificada, muy común pero diferente de la que tenían originalmente muchos corales de la zona. Aún no sabemos cómo afectará este cambio «arquitectónico» a la estructura del ecosistema, ni cómo reaccionarán las especies locales. Por ahora, sin embargo, un arrecife sano sigue siendo mejor que uno sin vida.