¿Cómo hacer que la cola de nuestro perro mueva alegremente? 5 consejos para tener mascotas felices (y saludables)
De un experto en bienestar animal, valiosas indicaciones para respetar a nuestro perro y hacer que su convivencia con nosotros sea lo más pacífica posible.

Cinco consejos para un perro sano y feliz. contraventana
Mía Cobb es un investigador que trabaja en la Universidad de Melbourne y cuyos estudios se centran en una ciencia cada vez más importante (y tomada en serio): la del bienestar animal, concretamente el de los perros. No sólo las mascotas más populares del mundo sino también las más versátiles, utilizadas para todo tipo de trabajos, desde vigilar hasta cuidar a personas con discapacidad.
Cobb escribió recientemente un interesante artículo para La conversación en el que en cinco convenientes puntos se resumen los descubrimientos más recientes en el campo del bienestar canino. Cinco consejos para, según sus palabras, “que las colas de tu vida sigan moviéndose felices”.

1. ¡Déjalos oler! A diferencia de nosotros, los humanos, los perros experimentan el mundo primero con el olfato y sólo en segundo lugar con la vista. Según Cobb, dejar que nuestro perro huela todo lo que le parezca interesante durante un paseo es el equivalente canino a admirar un hermoso paisaje. En definitiva, si estás fuera de casa con tu perro, no tires de él cada vez que se detenga frente a una farola o un arbusto, pero dale la oportunidad de disfrutar de los olores.
2. ¡Déjalos elegir! Varios estudios demostrar que dejar que los animales elijan qué hacer y tengan el control de sus propias vidas es importante para su salud mental. Obviamente no significa dejar que el perro haga lo que quiera: las elecciones también pueden ser pequeñas cosas, por ejemplo dejar que el animal decida qué camino tomar durante un paseo.

3. ¡Recuerda que cada perro es un individuo! Tendemos a pensar que la raza de un perro determina automáticamente su carácter, pero varios estudios publicados en los últimos años (por ejemplo Este publicado en Science) sugieren en cambio que el entorno en el que crece el animal tiene una influencia mucho más fuerte. No asuma que su perro se comporta como todos los demás de la misma raza y, en cambio, aprenda a leer su comportamiento y lenguaje corporal.
4. ¡Respeta también su «no»! Es consecuencia del consejo número 2: si tu perro no tiene ganas de hacer algo, o simplemente quiere callarse y no interactuar contigo, déjale hacerlo. Por ejemplo, si no le gustan los extraños, no lo obligues a interactuar con ellos si vienen a visitarte a casa, pero déjale un espacio para retirarse.

5. Déjalos libres… ¡con seguridad! Estudios recientes demuestran que un perro explora el espacio de manera diferente dependiendo de si está atado o libre (ver por ejemplo este vídeo).
Por lo tanto, cuando y donde sea posible, libérelo de la correa y déjele experimentar su entorno como quiera: no siempre es fácil, especialmente en la ciudad (donde la correa es obligatoria), pero para ello existen zonas para perros y parques exclusivos.





